El día 10 de noviembre, en Murcia, se ha destacado el impacto que la colaboración eficaz entre enfermeras y médicos de Urgencias ha tenido en la gestión del riesgo clínico de los pacientes en la última década. Esta cooperación no solo ha permitido un manejo más ágil de los casos que llegan a estos servicios, sino que ha elevado los estándares de seguridad en la atención.
En los hospitales de la Región, se implementa un modelo de triaje que se integra en el programa Selene. Este sistema, a pesar de tener una base común en la priorización de pacientes, presenta particularidades que reflejan las distintas capacidades y necesidades de cada centro, dado que no todos poseen la misma cartera de servicios.
A nivel regional, un grupo de profesionales se encuentra en plena labor de revisión y mejora del actual sistema de triaje, con el objetivo de establecer un modelo avanzado que sea tanto regional como exportable. Además, cada hospital cuenta con su propio comité, dedicado a evaluar los criterios de triaje y optimizar las herramientas disponibles.
En este contexto, el Hospital Santa Lucía ha sido el escenario del primer encuentro regional sobre triaje intrahospitalario, donde más de un centenar de expertos en Urgencias de los nueve hospitales que conforman el Servicio Murciano de Salud se reunieron para intercambiar experiencias y mejores prácticas.
La reestructuración de la puerta de urgencias en el Hospital Santa Lucía, que tuvo lugar en 2014, marcó un hito significativo. Los profesionales implementaron un sistema conjunto de valoración de pacientes, basado en el modelo de Manchester y el Sistema Español de Triaje (SET), adoptado por la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (SEMES) a partir del Modelo Andorrano de Triaje (MAT), donde la valoración inicial es realizada por personal de enfermería.
Este modelo organizativo, que ahora celebra diez años de implementación, ha tenido un notable impacto en áreas vitales como los servicios quirúrgicos, de Urgencias y la Unidad de Cuidados Intensivos. Ha facilitado una mayor rapidez en la ubicación de los pacientes en planta, mejorando significativamente el proceso general de atención.
El enfoque en esta mejora ha estado centrado en dos aspectos fundamentales: optimizar los circuitos de manejo de los pacientes en Urgencias y reducir el tiempo de espera para aquellos pacientes encamados que requieren ser trasladados a la planta de hospitalización.
Los espacios destinados a Urgencias se han dividido en diferentes zonas, creando dos consultas específicas para pacientes de nivel verde, que requieren atención menor, ocho consultas para aquellos en riesgo vital, clasificados como nivel amarillo, y una zona de emergencias con tres camas para la recepción de pacientes agudos.
Además, se ha implementado un sistema de identificación digital de pacientes sin necesidad de papeles, utilizando soporte informático que ha mejorado la eficiencia del servicio, minimizando la variabilidad y permitiendo una atención más ágil. Esta modernización también incluye la atención a pacientes psiquiátricos en urgencias.
Por último, dentro de este circuito se ha añadido una Sala de Espera de Altas Hospitalarias, así como la colaboración con la Unidad de Preingresos, que cuenta con 30 camas disponibles para pacientes en tránsito hacia planta, asegurando así una atención más coordinada entre los diversos servicios del hospital.
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