En Murcia, el día de hoy, la Fundación Jesús Abandonado brinda apoyo a un total de 259 individuos que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad y exclusión residencial en la ciudad.

Actualmente, se dispone de 132 plazas en corta y media estancia, 54 plazas de larga estancia, 14 viviendas tuteladas, 16 plazas en el programa de housing first, 16 en el plan de viviendas femeninas y 27 plazas para el proyecto de vida autónoma.

En lo que va del año 2024, se ha observado un aumento en el número de personas jóvenes entre 21 y 30 años, especialmente en mujeres jóvenes atendidas. La responsable del Área Social, Amparo Martínez, resalta la importancia de adaptar programas para aquellos con problemas de salud emocional, mental o graves como TMG.

La memoria de la Fundación Jesús Abandonado, disponible en https://jesusabandonado.org/transparencia/, revela que en 2023 se contaron con 137 plazas de corta y media estancia, de las cuales 118 eran para hombres y 19 para mujeres.

Durante el pasado año, la Fundación acogió a 1.135 personas distintas y atendió a un total de 1.369 individuos, considerando aquellos con múltiples ingresos y los que permanecen en 2024.

La ocupación media se ha mantenido entre el 90% y 95% en el primer semestre, descendiendo al 85% y 90% en julio y agosto, para finalizar en 100% en los últimos dos meses del año.

En cuanto a las entradas, se han registrado un total de 1.135 durante todo el año, con 1.224 procesos diferenciados. El número de nuevos usuarios supera a los atendidos previamente, con 661 nuevas entradas.

A pesar de ser un centro con una estancia máxima de seis meses, la estancia media ha sido más extensa, reflejando la dificultad en la reintegración a la vida normalizada debido a una variedad de factores como lentitud en el cobro de prestaciones, problemas de adicción o falta de recursos de acogida.

La mayoría de personas atendidas se encuentran en el rango de edad de 31 a 60 años, representando el 55,5% del total, mientras que los hombres de 21 a 30 años constituyen el 29% de los hombres atendidos.

En cuanto a la demanda inicial, el 80% corresponde a cubrir necesidades básicas como alojamiento, aseo y alimentación, seguido por otras necesidades identificadas en entrevistas con los trabajadores sociales.

El Centro de Larga Estancia cuenta con 54 plazas para una estancia estable de más de seis meses, con una duración media que supera los 380 días debido a la complejidad de resolver situaciones como problemas de salud crónicos, documentación irregular o esperas en residencias públicas.

En 2023, la ocupación se mantuvo entre el 90% y 95%, alcanzando casi el 100% al final del año, con 129 residentes diferentes y 61 nuevas acogidas.

El rango de edad más común entre los residentes de larga estancia es de 41 a 60 años, con más del 54% del total de procesos.

Es importante destacar que, a pesar de la similitud con una residencia, el deterioro físico y mental en personas vulnerables es mayor a una edad más temprana en el Centro de Larga Estancia. En el año pasado, se registró una media diaria de 253 personas pernoctando en las instalaciones de la Fundación entre los Centros de Acogida y viviendas.