La Región de Murcia ha visto un notable avance en la lucha contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) entre 2021 y 2023, alcanzando la menor incidencia media anual de infecciones, con un registro de 65 casos por cada millón de habitantes. Sin embargo, el año 2023 ha mostrado un ligero aumento en este parámetro, con un total de 108 nuevos diagnósticos, lo que eleva la incidencia a aproximadamente 70 casos por millón. Estos datos marcan una trayectoria positiva en comparación con años anteriores.

En 2022, la cifra de incidencia fue la más baja en el periodo analizado, con apenas 61 casos por millón, excluyendo el año 2020, que estuvo marcado por la pandemia de Covid-19. En ese año, se contabilizaron 93 nuevos casos positivos por VIH, lo que sugiere un progreso en la detección y tratamiento de la enfermedad.

Otro aspecto relevante es la disminución en el porcentaje de casos que desarrollaron sida en el momento de ser diagnosticados con VIH, que se situó en un 14% en 2023, comparado con el 18.8% del año anterior. La transmisión sexual continúa siendo el principal modo de contagio, representando el 93% de los casos registrados, mientras que el diagnóstico tardío ha disminuido hasta el 49.5%, un avance respecto al 64% que se observó en 2022.

Estos datos son parte del informe de 'Vigilancia epidemiológica de las infecciones de transmisión sexual', elaborado por el Servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones de la Consejería de Salud, con el fin de conmemorar el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se celebra el 1 de diciembre.

El director general de Salud Pública, José Jesús Guillén, enfatizó la crucial importancia de la prevención, recordando que se dispone de pruebas gratuitas y confidenciales para detectar el VIH. "Cualquier individuo que participe en prácticas sexuales de riesgo, sin olvidar otras vías de contagio, tiene la posibilidad de contraer el virus, lo que resalta la necesidad de realizarse pruebas para un diagnóstico y tratamiento oportunos", afirmó.

La Consejería de Salud subraya que el VIH puede prevenirse y que el uso adecuado de preservativos durante las relaciones sexuales es esencial para disminuir el riesgo de contagio. En este sentido, la prevención se alza como la mejor estrategia para contener la propagación de este virus.

Asimismo, la Atención Primaria juega un papel vital en este esfuerzo, ya que generalmente es el primer punto de contacto de los pacientes con el sistema de salud y es fundamental para la detección precoz del VIH. Se ha observado que el diagnóstico tardío se incrementa con la edad, especialmente en los jóvenes de entre 25 y 29 años, donde el 46% de los casos se diagnostican tardíamente. Este porcentaje aumenta al 50% a partir de los 35 años y supera el 60% en individuos mayores de 40 años. En el grupo de edad de 50 a 54 años, se ha registrado el porcentaje más alto de diagnóstico tardío en los últimos tres años, alcanzando un alarmante 75%.

Los datos más recientes también muestran un cambio en el perfil demográfico de los nuevos casos de VIH, especialmente en relación con la procedencia geográfica de los pacientes. Se ha incrementado la proporción de casos provenientes de América Latina, que ha pasado del 18.2% en el periodo previo a la pandemia al 25%. Por su parte, el porcentaje de casos originarios de Norte de África también ha aumentado, pasando del 5% al 8.7%.

Otra herramienta en la prevención del VIH es la Profilaxis Pre-exposición (PrEP), un tratamiento dirigido a aquellos individuos con alto riesgo de exposición al virus. Actualmente, 632 personas en la Región están bajo este tratamiento, y desde su inicio en 2019, el total asciende a 852. La PrEP consiste en la ingesta diaria de una pastilla que combina dos medicamentos antirretrovirales, que actúan impidiendo que el VIH se establezca y se multiplique en el cuerpo tras una posible exposición.

Es crucial mencionar que, aunque la PrEP es eficaz, no protege contra otras infecciones de transmisión sexual (ITS), por lo que se recomienda usarla conjuntamente con preservativos para una protección más completa. A pesar de que la PrEP es un tratamiento seguro, se realiza un seguimiento médico regular a los pacientes que la utilizan, tanto para evaluar su salud general como para asegurar el uso adecuado del tratamiento.