En Caravaca de la Cruz, las cosechas de trufa negra recolectadas desde 2018 en la finca experimental de la Comunidad han demostrado que la introducción de este cultivo alternativo es viable y rentable en las comarcas del Altiplano y del Noroeste. Así lo ha destacado la consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira, durante su visita al Centro de Demostración Agraria de Las Nogueras de Arriba, en el municipio caravaqueño.

La titular de Agricultura ha señalado que el objetivo de la truficultura en zonas altas de la Región es ofrecer cultivos alternativos para dinamizar la economía rural, fomentar el turismo gastronómico y contribuir a la fijación de población.

Rubira ha resaltado que la trufa negra es un producto de alta calidad y demanda gastronómica, muy cotizado en el mercado. Al ser compatible con cultivos ecológicos y no requerir tratamientos fitosanitarios, se considera respetuoso con el medio ambiente, según informaron fuentes del Gobierno regional.

El Centro de Demostración Agraria de Las Nogueras de Arriba comenzó la introducción del cultivo de forma experimental en 2014, con la primera cosecha en 2018 y la campaña 2019-2020 siendo considerada normal, con once recolecciones de trufa negra realizadas entre el 15 de diciembre y el 15 de marzo.

Según Rubira, las parcelas experimentales de la Comunidad han estado produciendo alrededor de 40 kilogramos de trufa por hectárea, confirmando que se trata de un cultivo adecuado para las características del suelo, vegetación y clima de las zonas altas del Altiplano y del Noroeste, con oportunidades para el agroturismo.