MURCIA, 24 de noviembre.
El último enfoque de la Consejería de Salud en la región de Murcia está dedicado a brindar apoyo a quienes se ocupan de personas dependientes, bajo la dirección de un programa que se enmarca en la Estrategia de Mejora de la Atención Primaria. Este proyecto se centra en proporcionar atención adecuada a pacientes que enfrentan fragilidad o cronicidad compleja, considerando no solo al enfermo, sino también al entorno en el que se encuentra.
La primera edición de este innovador programa se realiza en el área de salud I-Murcia Oeste, donde el hospital de referencia es el Virgen de la Arrixaca. Se anticipa que una segunda edición se pondrá en marcha en enero, expandiendo sus beneficios a cuatro zonas de salud adicionales, lo que refleja un compromiso claro con la ampliación de la atención integral en la región.
Este programa consiste en sesiones semanales de dos horas, donde un equipo multidisciplinario, que incluye tanto a profesionales sanitarios como a educadores sociales, trabaja para mejorar el bienestar de quienes asumen el rol de cuidadores. Este enfoque colaborativo busca empoderar a los cuidadores, dándoles herramientas y conocimientos prácticos para manejar las complejidades de su labor.
El contenido de las sesiones ha sido diseñado en conjunto, permitiendo que cada enfermero pueda ajustarlo según las necesidades específicas de su entorno. Los cuidadores participan a través de derivaciones desde los centros de salud, los servicios sociales municipales y diversas ONG locales, lo que demuestra una integración significativa de la comunidad en el programa.
Las sesiones se centran en ofrecer recursos que buscan no solo mejorar la calidad de vida de los cuidadores sino también prevenir el agotamiento emocional que su labor puede provocar. Mediante dinámicas grupales y juegos, se facilita el intercambio entre cuidadores, abordando de manera abierta los cambios que implica cuidar a personas dependientes, así como sus efectos sobre las relaciones sociales, el estado emocional y los sentimientos de culpa que pueden surgir.
Cada participante tiene la oportunidad de diseñar su propia rutina de sueño y gestionar su tiempo de manera efectiva. Las actividades lúdicas incluidas en el programa también enseñan a los cuidadores a solicitar apoyo y a desarrollar habilidades en comunicación asertiva. Además, se informa sobre los derechos de los cuidadores y cómo identificar signos de alarma, tales como un aumento en la ingesta de café o alteraciones en la dieta habitual, ya sea por sobrealimentación o pérdida de apetito.
La evaluación del programa ha arrojado resultados muy positivos, con participantes que han calificado la experiencia como "muy satisfactoria" y notando una significativa reducción en el uso de ansiolíticos tras su participación. Estos testimonios subrayan la importancia de iniciativas que cuidan y valorizan a quienes dedican su tiempo y esfuerzo a la atención de los más vulnerables.
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