En un importante despliegue de fuerzas, la Guardia Civil y la Policía Local de Caravaca de la Cruz han desarticulado un grupo criminal dedicado al tráfico de estupefacientes. La operación, conocida como 'Asterioca', ha concluido con la detención de cuatro individuos que se encontraban profundamente involucrados en actividades ilícitas relacionadas con las drogas.

Los agentes han llevado a cabo registros en cuatro domicilios de la localidad, donde se han encontrado más de 40 gramos de cocaína, 116 gramos de metanfetaminas, y 88 gramos de hachís. Además, se han incautado diversos materiales utilizados para la dosificación y distribución de estas sustancias, así como una suma total de 2.000 euros en efectivo, lo que indica la magnitud del negocio ilícito.

Las operaciones comenzaron a inicios de este año, cuando los cuerpos de seguridad comenzaron a observar un aumento inusual de actividad entre consumidores en una zona específica de Caravaca. Este movimiento sospechoso despertó la alerta y llevó a los agentes a iniciar una vigilancia sistemática destinada a identificar los puntos de venta de drogas en la zona.

La investigación reveló que los delincuentes habían implementado sofisticadas tácticas de seguridad para evitar ser detectados. Muchos de ellos utilizaban rutas no convencionales al desplazarse hacia los puntos de encuentro con sus clientes, así como prácticas para comprobar si estaban siendo seguidos por las autoridades.

Con el tiempo y tras recopilación de pruebas sólidas, se solicitó la intervención de la autoridad judicial, quien emitió las órdenes necesarias para llevar a cabo los registros. Así, un operativo policial conjunto fue dispuesto para realizar las entradas en las viviendas en cuestión.

El resultado de esta intervención fue significativo: además de las cantidades de droga ya mencionadas, se logró desmantelar un complejo sistema de distribución organizado, evidenciando la estructura delictiva del grupo. Cada uno de los detenidos tenía un rol específico en esta red de tráfico.

Los arrestados, todos ellos varones, cuentan con edades que oscilan entre los 25 y 54 años. Enfrentan graves cargos que incluyen delitos contra la salud pública por su participación en el tráfico de drogas y pertenencia a una organización criminal, lo que pone en evidencia el esfuerzo conjunto de las fuerzas del orden para combatir este tipo de actividades en la región.