
El 22 de agosto, el Gobierno de la Región de Murcia anunció que concluirá su despliegue en Cáceres, donde ha estado colaborando en la extinción de incendios en Extremadura durante una semana. Este esfuerzo conjunto ha sido fundamental para abordar la devastadora situación provocada por las llamas en la región extremeña.
Los recursos movilizados por el Ejecutivo murciano, que incluyen personal de las consejerías de Medio Ambiente, Investigación y Emergencias, han logrado contribuir significativamente a la estabilización de más de 10.000 hectáreas que habían sido consumidas por el fuego. El operativo se compuso de casi 50 profesionales dedicados y una serie de medios materiales esenciales para la contención del avance de los incendios.
Desde su llegada el 16 de agosto, la Unidad de Defensa contra Incendios Forestales de Murcia trabajó incansablemente en el área afectada, realizando tareas de consolidación en los perímetros de los incendios y eliminando riesgos de reactivación. Este esfuerzo fue posible gracias a la coordinación de técnicos, agentes medioambientales y brigadas forestales que sumaron un total de aproximadamente 20 profesionales en el lugar cada día.
El equipo también contó con tecnología avanzada y herramientas de combate de incendios, incluyendo un helicóptero, camiones autobombas y vehículos todoterreno, lo que permitió una respuesta inmediata y eficaz sobre el terreno. En total, el operativo integró diez unidades, tanto terrestres como aéreas, que facilitaron el control de la situación.
Uno de los focos más preocupantes fue el incendio en Cuacos de Yuste, donde los efectivos murcianos pusieron en marcha tácticas de prevención y extinción para asegurar la zona. Utilizando mangueras, herramientas manuales y motosierras, se lograron resultados positivos al estabilizar las áreas en riesgo de reactivación.
Posteriormente, el equipo se trasladó al incendio en Aliseda, que había devastado más de 1.700 hectáreas y que, rápidamente, pasó a abarcar más de 3.000 hectáreas en menos de un día. A través de un trabajo coordinado, el avance de las llamas fue contenido de manera efectiva, logrando estabilizar la situación en los días sucesivos.
En el valle del Jerte, los esfuerzos se concentraron en el incendio en Jarilla, donde se abrió y aseguró una línea de defensa de casi 2 kilómetros. Además, se realizó un trabajo coordinado con medios aéreos como aviones especializados que llevaron a cabo descargas precisas sobre los focos activos.
El helicóptero enviado desde la Región de Murcia continuó su labor en Extremadura, registrando más de 43 horas de vuelo en actividades de extinción en diversas localidades afectadas por los incendios. Este enfoque proactivo ha sido clave para contener la propagación del fuego.
Tras finalizar su misión, los miembros del operativo murciano regresaron a su región con la satisfacción del trabajo bien hecho, recibiendo reconocimientos tanto de autoridades extremeñas como nacionales. La colaboración interterritorial ha demostrado ser esencial en la lucha contra esta crisis ambiental.
La Región de Murcia ha decidido mantener la presencia de dos técnicos que se unieron a la misión nacional de asesoramiento en incendios forestales, asegurando una coordinación efectiva y continua con especialistas que provienen de Alemania, así como con equipos de otros países europeos en territorio extremeño.
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