El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), dependiente de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, ha presentado una serie de nuevas variedades de fruta de hueso como melocotón, paraguayo o ciruelo, entre otros, de alta calidad gustativa y mejor adaptadas al cambio climático.
El objetivo de la presentación es aumentar y diversificar la oferta varietal de melocotón, nectarina o paraguayo, lo cual beneficia a los agricultores y técnicos. El consejero en funciones de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Antonio Luengo, afirmó que "el IMIDA continúa impulsando y desarrollando diversos programas de mejora genética de diferentes cultivos con la finalidad de obtener nuevas variedades con interés para el sector productivo, mejor adaptadas a las nuevas condiciones climáticas actuales y que están siendo puestas a disposición de los agricultores para optimizar y diversificar la producción".
Las nuevas variedades presentadas por el IMIDA destacan por ser productivas, tener alta calidad gustativa, buen calibre, y tener una vida post-cosecha suficiente para satisfacer las demandas de los consumidores. Para llegar a este punto, el Departamento de Mejora Genética de Frutales del IMIDA evaluó agronómicamente más de 50,000 cruces intervarietales de melocotón desde sus inicios, lo que resultó en 21 variedades de interés comercial con características óptimas de adaptación climática y de gran calidad gustativa.
Este trabajo tuvo lugar en los laboratorios y diferentes fincas experimentales, como la ubicada en Yéchar, donde se encuentran plantadas para su estudio e investigación más de 300 variedades de melocotonero procedentes de todo el mundo.
El proceso para conseguir una nueva variedad lleva varios años de investigación y desarrollo. Para la fruta de hueso, por ejemplo, se tarda más de 10 años. El IMIDA lleva décadas desarrollando programas de búsqueda de nuevas variedades, cuyo trabajo comienza con técnicas de mejora genética hasta el crecimiento de las plantas que en algunos casos puede tardar hasta cinco o diez años para que sean productivas, como puede ser el caso de la uva, de la fruta de hueso o cítricos.
Una vez se obtienen las nuevas variedades, los trámites para registrarlas y, en su caso, comercializarlas a través de empresas especializadas o viveros autorizados deben iniciarse.
Los nuevos programas de I+D+i que llevará a cabo el IMIDA durante el período 2021-2027, financiados con fondos FEDER y cofinanciados por el Gobierno regional, tendrán continuidad en la línea de investigación de mejora genética.