Crónica Murcia.

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SOS Rural critica la expansión caótica y dañina de la energía solar en Murcia.

SOS Rural critica la expansión caótica y dañina de la energía solar en Murcia.

En un preocupante desarrollo para el sector agrícola de la Región de Murcia, más de 165.000 hectáreas han dejado de ser cultivadas en los últimos años, entre 2014 y 2023. Esta drástica reducción de áreas agrícolas ha sido denunciada por la organización SOS Rural, que critica la expansión de proyectos de energía fotovoltaica en la zona como un fenómeno “perverso”, “arbitrario” y “desordenado” que, según sus afirmaciones, solo beneficia a grandes corporaciones.

El portavoz de SOS Rural en Murcia, Daniel Ruiz, ha expresado su preocupación al señalar que estas prácticas contribuyen a la desindustrialización del campo murciano, forzando a los agricultores a arrendar sus tierras por periodos de hasta 25 años bajo condiciones contractuales desfavorables. Además, denuncia que el Estado ha dejado a los trabajadores del campo en una situación crítica, obligándoles a asumir responsabilidades desmedidas, como la limpieza de terrenos al finalizar la vida útil de las instalaciones solares.

La organización advierte que están surgiendo proyectos de energía solar sin la debida evaluación espacial ni zonificación, lo que está generando un crecimiento desenfrenado de estas instalaciones. Ruiz resaltó que la falta de una planificación territorial adecuada está provocando un daño irreversible en las tierras productivas, que son reemplazadas por paneles solares en beneficio de las empresas energéticas.

Murcia, conocida por ser uno de los lugares con mayor radiación solar en Europa, está enfrentando una situación alarmante. Las tierras cultivables, tanto de regadío como de secano, están disminuyendo rápidamente y están siendo convertidas en terrenos destinados a la instalación de energías renovables, lo que podría llevar a que más de 30.000 hectáreas, aproximadamente el 2,65% del territorio regional, pierdan su uso agrícola en el futuro.

Los miembros de SOS Rural sostienen que la implementación de instalaciones solares no debe hacerse a expensas de la agricultura local ni del bienestar social y económico de las comunidades. Indican que la oposición a estas grandes infraestructuras es respaldada por los ciudadanos, que valoran el patrimonio ambiental y paisajístico de la región.

Por otro lado, Ruiz critica que la falta de planificación en estos proyectos ha llevado a la destrucción del paisaje agrícola tradicional, donde antes se cultivaba. Los nuevos desarrollos se limitan a buscar accesibilidad a carreteras y redes eléctricas, ignorando el valor del terreno agrícola.

Esta transformación abrupta del uso del suelo también desencadena problemas ambientales significativos, como la cementación, que aumenta el riesgo de inundaciones debido a la escasa permeabilidad del suelo. Ruiz advierte que estas prácticas podrían tener consecuencias devastadoras para el entorno del Mar Menor, ya que están eliminando áreas de cultivo en favor de capas impermeables que agravan la situación ecológica.

En respuesta a estos desarrollos, SOS Rural ha decidido llevar su denuncia a la Unión Europea, señalando la violación de normativas medioambientales que protegen el suelo y amenazan el Pacto Verde Europeo. La organización subraya que el éxito de la energía solar dependerá de su integración armónica con el entorno y la cultura local, enfatizando la necesidad de una planificación meticulosa para evitar daños a zonas de alto valor agrícola.