Crónica Murcia.

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"Un estudio revela que Felipe II introdujo los cangrejos de agua dulce en España por mero capricho"

En un reciente hallazgo que destaca la importancia de la investigación científica en la historia natural de España, la doctoranda en Historia del Arte de la Universidad de Murcia, Alicia Sempere Marín, ha hecho contribuciones significativas a un estudio interdisciplinario que expone el verdadero origen de los cangrejos de agua dulce en la península ibérica.

MURCIA, 20 de febrero. La investigación ha presentado descubrimientos fascinantes que contradicen la creencia de que estas especies eran nativas de la región. Gracias a un antiguo documento hallado en los Archivos de Simancas, Sempere ha establecido que fue durante el reinado de Felipe II, en el siglo XVI, cuando estos cangrejos fueron introducidos en los estanques reales de España.

Los seres humanos han consumido cangrejos a lo largo de los siglos, tanto de agua dulce como salada. Sin embargo, la evidencia sugiere que, en el ámbito español, la presencia de cangrejos de agua dulce no se había documentado hasta muy recientemente. Este nuevo trabajo cuenta con la coordinación de reconocidos científicos como Miguel Clavero, de la Estación Biológica de Doñana del CSIC, y el biólogo Miguel Delibes de Castro, quienes han aportado su experticia para esclarecer la situación, ya que solo se conocen restos de cangrejos marinos de épocas prehistóricas en la península.

Según los estudios realizados por Sempere, el año 1588 marca un hito importante en la introducción de cangrejos de agua dulce, impulsada por la curiosidad del rey Felipe II, quien quería enriquecer la biodiversidad de sus estanques con especies exóticas que había observado en sus viajes europeos.

Los primeros cangrejos de agua dulce que arribaron a España fueron traídos de Italia, más específicamente de la región de Toscana, tras intentos fallidos de importarlos desde los Países Bajos. Sempere señala que el criado responsable del éxito de esta misión recibió generosas recompensas del monarca, lo que pone de manifiesto la importancia que Felipe II otorgaba a esta exótica incorporación.

Este descubrimiento no solo documenta la llegada de los cangrejos italianos a la corte española por primera vez, sino que también sostiene el estudio de las estrechas relaciones diplomáticas entre Felipe II y el gran duque de Toscana, Fernando I, en el contexto del siglo XVI.

Curiosamente, la introducción de esta especie no se generalizó en los ríos españoles hasta el siglo XIX, mucho después de su llegada inicial, y en regiones como Cataluña, su presencia se hizo notar solo en el siglo XX, según los registros históricos disponibles.

A pesar de que su origen es relativamente reciente, el cangrejo de río ha encontrado un lugar en la gastronomía española y ha sido adoptado por las clases populares como parte de su consumo habitual. De hecho, el Ministerio de Transición Ecológica ha comenzado a implementar estrategias para la conservación de esta especie ibérica, frente a la amenaza creciente de especies invasoras como el cangrejo rojo americano, que ha llevado al cangrejo de río a ser clasificado como “vulnerable” en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

El descubrimiento de esta información histórica ha sido posible gracias a una combinación de casualidad y la sinergia que generan las redes sociales, tal como informan fuentes ligadas al proyecto.

Sempere, quien realiza su tesis sobre el intercambio de regalos diplomáticos en la Casa de Austria durante el siglo XVI, se cruzó con un documental titulado 'El cangrejo del rey', realizado por Clavero, lo que le llevó a descubrir que sus propios hallazgos podrían complementar esta investigación en curso, la cual será publicada en breve y resaltará la relevancia de las fuentes históricas en el contexto de la investigación interdisciplinaria.

Los investigadores sugieren que la cordillera de los Pirineos pudo haber actuado como una barrera natural que limitaba la llegada de cangrejos de agua dulce a España, a pesar de que estas especies son comunes en otras regiones de Europa, mientras que las especies nativas de agua dulce de la península no tienen equivalente en otros lugares del continente.