Crónica Murcia.

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Confianza en Empresas Familiares de la Región alcanza 20,8 puntos, acercándose a niveles de 2017.

Confianza en Empresas Familiares de la Región alcanza 20,8 puntos, acercándose a niveles de 2017.

En un reciente informe, se ha revelado un resurgimiento notable en el Índice de Confianza de la Empresa Familiar (ICEF) en la Región de Murcia, que ha experimentado un aumento de 10,2 puntos, alcanzando un total de 20,8. Este aumento indica una tendencia que se asemeja a las cifras reportadas en 2017, lo que sugiere un positivo giro en la percepción económica de las empresas familiares de la región. Este análisis fue realizado por la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum de la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena, con el apoyo de la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur), así como de instituciones financieras como CaixaBank y la Fundación Cajamurcia.

El estudio fue presentado el pasado viernes por relevantes figuras académicas y empresariales, incluyendo a los rectores de la UMU y UPCT, José Luján y Mathieu Kessler, respectivamente, junto con el presidente de la Fundación Cajamurcia, Carlos Egea; el director del Instituto de Fomento, Joaquín Gómez; y otras personalidades destacadas en el ámbito empresarial.

Contextualmente, el barómetro refleja un crecimiento robusto en la economía global, situado por encima de las expectativas iniciales, con especial énfasis en el desarrollo de economías emergentes. A nivel internacional, la inflación ha mantenido un control adecuado, lo que sienta las bases para una posible relajación de las políticas monetarias, según los informes de la UMU.

En términos de rendimiento económico, se ha constatado que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional mostró una aceleración notable en los primeros tres trimestres de 2024. El sector primario destaca como el más dinámico, con un incremento del 7,5%. Además, las exportaciones han crecido un 5,1% en comparación interanual, mientras que las importaciones han mostrado un aumento más moderado del 3,6%.

Para el año 2024, se estima que el crecimiento del PIB de la Región de Murcia alcanzará un 3,4%, superando así la media nacional que se sitúa en un 2,9%. Las proyecciones indican una posible desaceleración suave en 2025; sin embargo, se ha resaltado el comportamiento favorable de las exportaciones y la robustez del mercado laboral en la región.

Una encuesta realizada a 110 empresarios familiares en septiembre de 2024 ha revelado que, a pesar de las incertidumbres sobre el crecimiento, hay una mejora significativa en la percepción de la situación económica. Este optimismo se traduce en un aumento en la cifra de negocios (24,8 puntos), donde el 49,5% de las empresas reporta un incremento en sus ventas. Asimismo, se observan mejoras en el apartado de inversiones (23,1 puntos), con un 33,3% incrementando sus desembolsos. El empleo también ha mostrado un crecimiento del 10,1%, con un 23,9% de empresas que han ampliado sus plantillas.

Con miras al año 2025, se anticipa que la mayoría de los incrementos se concentrarán en el ámbito de las exportaciones, lo que se ve reflejado en el aumento del ICEF, que ha escalado a 20,8, acercándose a los valores alcanzados en 2017.

A pesar de estos resultados positivos, las empresas enfrentan retos significativos, siendo la escasez de personal cualificado y la burocracia las principales preocupaciones, seguidas de la inestabilidad política. En términos de confianza empresarial, el Índice de Confianza en el Entorno (ICEN) ha mostrado fortaleza en áreas como la financiación y la disponibilidad de energía y materias primas.

Las cuestiones más relevantes para 2025 incluyen el factor legal relacionado con la burocracia excesiva y la presión regulatoria, seguido por el contexto político y la necesidad de contar con trabajadores cualificados. Un análisis más profundo revela que los objetivos de las empresas familiares se dividen entre la búsqueda de rentabilidad y el logro de metas personales, así como la sostenibilidad y la contribución social.

En materia de planificación, el número de empresas que cuentan con un plan estratégico ha disminuido al 29%, mientras que se mantiene estable el porcentaje de aquellas con un Consejo de Administración (37%). En términos de continuidad familiar, la proporción de empresas con protocolo familiar se ha mantenido en un 24%, y las que tienen un plan de sucesión en un 19%, esta última cifra depende en gran medida de la etapa generacional de la empresa.

En cuanto a cómo se planea la sucesión en estas empresas, un 59% de los empresarios contempla que sería un hijo el heredero, mientras que un 19% aún no ha tomado una decisión, y solo un 8% considera a un no familiar. En general, la falta de rentabilidad es citada como la principal razón (95%) para contemplar el cierre de empresas familiares, seguida por las oportunidades de venta (89%), los problemas de burocracia e impuestos (85%) y la falta de relevo generacional (84%).

Entre las empresas que consideran vender o cerrar, el cansancio es un factor determinante, especialmente aquellas que se plantean la venta por las oportunidades que se presentan y el deseo de enfocarse en nuevos proyectos.

Desde la Consejería de Empresa, Empleo y Economía Social, Joaquín Gómez ha destacado el éxito de la línea de ayudas dirigida a las pymes familiares, que buscan apoyo para facilitar el relevo generacional. El Cheque Relevo, lanzado a principios de julio, ha recibido 31 solicitudes, de las cuales 23 ya han sido resueltas, totalizando ayudas por 190.000 euros y movilizando inversiones por un total de 250.000 euros.

Gómez ha indicado que los estudios indican que la preocupación sobre la profesionalización de la gestión y la regulación de las relaciones familiares sigue siendo un tema crucial para estas empresas, especialmente para asegurar la continuidad del negocio.

El Cheque Relevo ofrece subvenciones para la consultoría destinada a la creación de un Protocolo Familiar, un acuerdo que regula la organización, gestión y relaciones entre los miembros de la familia y la empresa, asegurando así la continuidad del negocio a través de las generaciones venideras. Las ayudas pueden alcanzar hasta 10.000 euros para pymes familiares con diez o más empleados, mientras que para aquellas que tienen menos de diez empleados, la subvención es de 5.000 euros.

Originalmente, la convocatoria disponía de un presupuesto de 200.000 euros, pero el éxito de esta iniciativa, nacida a raíz de sugerencias de Amefmur, ha llevado a los responsables a extender el plazo de solicitudes hasta finales de año, incrementando el presupuesto en 115.000 euros para asegurar que todas las pymes familiares elegibles obtengan la asistencia necesaria.