En un desarrollo reciente, la Guardia Civil de Murcia ha llevado a cabo una operación denominada 'Klug' que ha permitido desmantelar una red delictiva vinculada al robo de material informático valorado en aproximadamente medio millón de euros. Según un comunicado de la Benemérita, el grupo tenía como modus operandi el aprovechamiento de las conexiones laborales de uno de sus miembros para sustraer importantes artículos electrónicos.

La instrucción de la operación se inició a comienzos de este año cuando agentes de Seguridad Ciudadana recibieron denuncias de irregularidades en una empresa dedicada a la distribución de productos informáticos. Los responsables de la compañía alertaron sobre la falta de inventario, apuntando a un antiguo empleado como el responsable detrás de estas anomalías.

El análisis de la situación reveló que el empleado, en su posición, ordenaba pedidos de artículos voluminosos, como radiadores, que requerían un manejo logístico especial, lo que facilitaba su accionar delictivo. A través de esta técnica, el exempleado manipulaba los pedidos en el almacén, sumando a su solicitud original varios artículos de alto valor, incluidos potentes ordenadores portátiles y consolas de videojuegos.

A medida que la operación avanzaba, el trabajador no solo se beneficiaba personalmente, sino que también involucraba a familiares y amigos en su esquema ilícito. Con un total de 62 pedidos asociados a la merma de stock, las pérdidas para la empresa se estimaron en cerca de 500.000 euros, lo que lanzó las alarmas para una investigación más profunda.

Como resultado de las pesquisas, la Guardia Civil llevó a cabo registros en dos domicilios situados en las pedanías murcianas de Cabezo de Torres y Espinardo, puntos clave para las actividades delictivas. Durante estos operativos, se recuperaron numerosos productos electrónicos robados, incluidos ordenadores gaming y otros electrodomésticos, así como dos vehículos de alta gama y una embarcación, presuntamente adquiridos con las ganancias obtenidas de sus actividades criminales.

En total, se han detenido a cinco miembros de esta red familiar, incluidos el principal sospechoso y ex-empleado de la empresa afectada, mientras que otras cuatro personas han sido objeto de investigación por su colaboración con el grupo. Todos ellos enfrentan cargos por pertenencia a grupo criminal, estafa e irregularidades en el acceso a sistemas informáticos.

La información recolectada durante la investigación sugiere que los productos robados eran distribuidos en diversas partes del país, evidenciando un esquema mayor que podría haber permanecido oculto sin la intervención de las autoridades. La fase de explotación de esta operación ha sido crucial para poner fin a esta actividad delictiva que afecta no solo a la empresa, sino también a la confianza del consumidor en el sector.