
En Murcia, el 10 de julio, se emite una advertencia clara sobre el creciente peligro de intoxicaciones alimentarias durante la temporada de altas temperaturas. El profesor Pablo Barcina, de la Facultad de Farmacia y Nutrición y coordinador de la clínica UCAM Nutrición, señala que el calor no solo mejora el humor de las personas, sino que también favorece la proliferación de bacterias nocivas, haciendo hincapié en que ciertos grupos, como los ancianos, los niños, las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunológicos débiles, son especialmente vulnerables.
Barcina explica que si bien muchas personas asocian los problemas de salud en este período con el aumento de comidas consumidas fuera del hogar o el consumo de alimentos en mal estado, la verdad es que muchos de estos incidentes se podrían prevenir con prácticas simples y saludables.
La reproducción de bacterias responsables de intoxicaciones alimentarias, tales como Salmonella, Clostridium perfringens y Bacillus cereus, se ve acelerada cuando las temperaturas fluctúan entre 8°C y 50°C. El experto indica que bajo estas condiciones, algunas de estas bacterias pueden multiplicarse a un ritmo alarmante, duplicando su número cada 10 a 15 minutos.
A esta situación, Barcina aduce que un pequeño descuido puede tener graves repercusiones; por ejemplo, dejar una ensalada de arroz expuesta al sol o transportar carne en un maletero sin la adecuada refrigeración. Además, menciona investigaciones que revelan que el aumento en los casos de intoxicación no es inmediato, teniendo un efecto retardado de 2 a 5 semanas después de los picos de calor, lo que sugiere que la cadena de producción, distribución y almacenamiento de los alimentos también juega un papel crucial.
Entre los errores más frecuentes que contribuyen a estas intoxicaciones, el profesor Barcina resalta la tendencia a dejar los alimentos cocinados a temperatura ambiente, el uso de los mismos utensilios para cocinar alimentos crudos y cocidos, el transporte de comida sin refrigeración adecuada, y la falta de calentamiento suficiente de las sobras. También subraya el peligro de confiar únicamente en el aspecto o el olor de los alimentos como medidas de seguridad.
Por todo esto, es fundamental seguir ciertas recomendaciones para evitar sorpresas desagradables. Entre ellas, se aconseja mantener el frigorífico por debajo de los 5°C y cocinar los alimentos a temperaturas superiores a los 70°C. Asimismo, se recomienda descongelar los alimentos en la nevera, lavar bien frutas y verduras (incluso las que se pelan), evitar la mayonesa casera cuando se come al aire libre, no reutilizar envases sin un previo lavado, refrigerar los productos adquiridos lo más pronto posible y evitar el consumo de platos que deban servirse fríos pero que ya no lo estén.
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