En la Región de Murcia, más de 15.000 escolares y 800 profesores se han unido a un programa pionero sobre educación emocional, implementado desde 2014 con el objetivo de mejorar la convivencia escolar. Este programa, conocido como 'Programa educación responsable: programa para el desarrollo de la educación emocional, social y de creatividad', se basa en el arte y la música, siendo uno de los primeros de su tipo a nivel internacional.

Este programa, promovido por la Fundación Botín en diez comunidades autónomas y siete países de América Latina, celebra su décimo aniversario en la Región de Murcia, donde ha tenido un gran impacto en la comunidad educativa. El consejero de Educación, Formación Profesional y Empleo, Víctor Marín, ha elogiado los beneficios de potenciar el talento y la creatividad en los escolares para ayudarles a ser autónomos, competentes, solidarios y felices.

En este contexto, se ha llevado a cabo un encuentro internacional de coordinadores del programa en Murcia, donde se han abordado temas como el valor educativo del amor, el poder del optimismo en el aula y la importancia de la educación emocional para el bienestar. El programa se enfoca en la Atención a la Diversidad y beneficia tanto a los alumnos y familias como a los docentes.

El programa tiene una duración de tres años y busca ayudar a los niños y jóvenes a desarrollar habilidades emocionales, sociales y creativas, así como a fortalecer su autocontrol, habilidades sociales y capacidad para resolver problemas. Investigaciones previas han demostrado que este programa tiene un impacto positivo en la vida de los alumnos, tanto dentro como fuera del aula.

Las actividades propuestas por el programa permiten a los estudiantes identificar, regular y expresar sus emociones, así como reducir el estrés y la ansiedad en situaciones desafiantes. Además, fomentan la creatividad, la autonomía, la curiosidad y el pensamiento crítico en los alumnos, contribuyendo a potenciar su talento y desarrollo.

Los resultados muestran una disminución en comportamientos agresivos entre los alumnos mayores y una mejora en habilidades prosociales en los más jóvenes. Tanto profesores como familias han notado una mayor empatía, colaboración y generosidad en los estudiantes, lo que evidencia el impacto positivo del programa en la comunidad educativa de la Región de Murcia.