Crónica Murcia.

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La cifra de aves invernantes en áreas protegidas alrededor de la base aérea de San Javier supera las 7.700, según un censo del Medio Ambiente.

La cifra de aves invernantes en áreas protegidas alrededor de la base aérea de San Javier supera las 7.700, según un censo del Medio Ambiente.

La Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, en una iniciativa destacada, ha presentado un completo censo de aves en la región que circunda la Base Aérea del Ejército del Aire en San Javier. Este análisis ha revelado la presencia de un total de 7.713 aves invernantes en los espacios naturales protegidos aledaños, como ha sido comunicado por fuentes del gobierno regional a través de una nota de prensa. Dichos espacios abarcan áreas significativas como el Mar Menor, sus islas, así como Las Encañizadas, las Salinas de San Pedro del Pinatar, Marina del Carmolí, y los saladares de Los Urrutias y Lo Poyo, además de la playa de La Hita.

En una inclusión relevante, se ha sumado a la lista la depuradora de Los Alcázares. Esta decisión se justifica por su cercanía a la base y su calificación como un humedal prioritario en el censo anual de aves acuáticas, englobando tanto a las aves invernantes como a las que nidifican en la zona.

El censo de aves fue solicitado por el Mando Aéreo General de la Base Aérea de San Javier, extendiéndose en un radio de 13 kilómetros alrededor de la instalación. Esta medida tiene como objetivo establecer un Sistema de Control de Fauna, garantizando el desarrollo de operaciones de vuelo en un entorno seguro, ya que el riesgo de colisión entre las aves y los aviones presenta un desafío considerable para las actividades aéreas en la base, según han explicado las autoridades competentes.

A partir de los datos recopilados en el censo, se ha determinado que la especie más prevalente en las inmediaciones de la base es la gaviota patiamarilla (Larus michaellis), contabilizando un total de 1.981 individuos. En segundo lugar, se encuentra el cormorán grande (Phalacrocorax carbo), con un registro de 1.576 aves avistadas en la misma área.

A pesar de que ninguna de estas especies está bajo protección legal, su notable presencia en la región ha llevado a su inclusión en los censos de aves invernantes. Los censos de aves acuáticas se efectúan en dos períodos diferenciados, el invernal y el estival, donde se registran las aves nidificantes.

En el período invernal, los datos se recopilan a través de conteos directos en los distintos tipos de humedales y zonas litorales, preferiblemente realizado durante las primeras horas del día. Se concentra un esfuerzo de censo que busca la homogeneidad de los datos, abarcando desde noviembre hasta mediados de febrero.

Para el monitoreo de las aves nidificantes, se realizan hasta ocho visitas en cada humedal, dependiendo de su importancia ecológica y la diversidad de especies presentes. Estas observaciones se llevan a cabo entre marzo y julio, en consonancia con la fenología reproductora de las distintas especies observadas.