La situación del Mar Menor, tras la reciente DANA Alice, ha llevado a los expertos a revisar minuciosamente las condiciones ambientales del famoso ecosistema. En su informe más reciente, se constata una notable disminución de la clorofila, aunque también se advierte que las condiciones anóxicas persisten especialmente en la zona sur de la laguna.
Un equipo multidisciplinario que incluye al CSIC, IEO, CEBAS y Tragsa sigue llevando a cabo un seguimiento continuo del Mar Menor. Su labor se centra en analizar los efectos de la entrada de agua dulce, un fenómeno que podría influir en el delicado equilibrio del ecosistema lagunar en tiempo real.
En la actualización del 24 de octubre, se reporta que la estratificación termohalina continúa presente en el sector sur del Mar Menor. Sin embargo, parece que su intensidad está disminuyendo, algo que los científicos esperan que pueda traer cierta mejoría. A pesar de esto, se han detectado anomalías en algunas especies de fauna bentónica, similares a las observadas durante la DANA de 2019, lo que genera inquietud entre los especialistas.
Los expertos señalan que, aunque no necesariamente se reproducirán los mismos episodios de mortalidad observados en el pasado, es fundamental que los equipos científicos y técnicos mantengan un nivel elevado de vigilancia ante esta situación.
Por otro lado, el informe destaca que han emergido condiciones "claramente anóxicas" en las capas más profundas del agua, que están vinculadas a la mencionada estratificación termohalina. Estas condiciones se concentran en un área específica del sur de la laguna, mientras que se observa un grado menor de anoxia en la parte central de la costa oeste, donde se encuentra la conocida "mancha blanca".
La clorofila-a continúa mostrando una tendencia a la baja en todo el Mar Menor, aunque los niveles en las zonas central y sur siguen siendo lo suficientemente altos como para limitar la luz que llega al fondo marino, lo que podría afectar adversamente el crecimiento de la vegetación bentónica.
Finalmente, las variaciones en las condiciones del agua coinciden con las simulaciones que analizan la evolución de la entrada de agua dulce relacionada con la DANA, evidenciando que el modelo de corrientes del Mar Menor es clave para comprender la situación actual. Esto implica que la estratificación observada no puede atribuirse únicamente a las intrusiones procedentes del acuífero, sino que está determinada por una serie de factores interrelacionados.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.