El alquiler en Murcia consume el 29% de los ingresos familiares, seis puntos por debajo de la media nacional.
En la Región de Murcia, arrendar una vivienda implica, en promedio, destinar el 29% de los ingresos netos de cada hogar, según ha revelado un exhaustivo análisis realizado por AIS, una consultora que forma parte del grupo PFSTECH y se especializa en Big Data y Analytics. Este porcentaje es notablemente menor al 35% promedio que se establece a nivel estatal, lo que sugiere una situación relativamente más favorable para los murcianos en comparación con otras regiones de España.
El estudio se centra en viviendas comunes de uso residencial, concretamente aquellas que tienen hasta 120 metros cuadrados y un máximo de tres dormitorios. Este enfoque permite obtener una visión clara de la carga económica que representa el alquiler para los hogares en diversas circunstancias.
Germán Sánchez, responsable de Big Data y Analytics de AIS, ha aclarado que con unos ingresos netos medios de los hogares en Murcia, que alcanzan los 30.500 euros al año en 2024, el coste promedio para nuevos arrendamientos en este tipo de propiedades se sitúa en 730 euros mensuales. Esto se traduce en una necesidad de destinar alrededor del 29% de los ingresos para cubrir este gasto, lo que ofrece un panorama relativamente accesible en comparación con otras regiones.
A nivel nacional, la tasa de esfuerzo para el pago del alquiler ha ido en incremento a lo largo de los años, superando la recomendación de los economistas de que este gasto no debería sobrepasar un tercio de los ingresos familiares. Esta creciente presión financiera conlleva importantes repercusiones tanto en el ámbito económico como social.
La imposibilidad de sobrellevar el consumo de vivienda puede ser un obstáculo considerables para ciertos sectores de la población, limitando la independencia de muchos jóvenes que aspiran a emanciparse. Según comentarios de Sánchez, esta situación es especialmente crítica para aquellos que desean establecerse de manera singular.
Además, el hecho de que más del 35% de los ingresos netos se destinen al alquiler incrementa la necesidad de recurrir al endeudamiento, lo que podría poner en riesgo la estabilidad financiera de los hogares afectados, según el análisis del experto.
Estas tasas de esfuerzo no son homogéneas en todo el territorio español. En 2024, la media nacional para nuevos alquileres se eleva al 35%, aunque existen comunidades, como Baleares, que afrontan una situación alarmante, con una tasa de esfuerzo que puede alcanzar el 58%, llegando incluso al 65% en temporada alta. En contraposición, Castilla-La Mancha presenta la tasa más baja, fijada en un 19%.
Otras regiones como Cataluña y Madrid también superan el umbral del 40%, con tasas de 45% y 41%, respectivamente, mientras que la Comunidad Valenciana y Canarias muestran índices superiores al 38%. En el extremo opuesto, comunidades como Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha ofrecen tasas de esfuerzo por debajo del 25%, lo que invita a reflexionar sobre las desigualdades regionales en el acceso a la vivienda.
El análisis también señala las disparidades en la carga del alquiler entre las capitales provinciales y otras localidades. A pesar de que los ingresos medios en las capitales suelen ser más altos, el aumento en los precios de los alquileres hace que las tasas de esfuerzo sean, generalmente, más elevadas. Por ejemplo, en Barcelona, arrendar una vivienda puede acarrear hasta un 59% de los ingresos netos, mientras que en localidades menos urbanizadas de la provincia esta cifra se reduce significativamente a un 32%. En Madrid, la situación se repite, con una tasa de esfuerzo del 46% para nuevos arrendatarios en la capital, frente al 27% en el resto de la comunidad.
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